Equilibrando el reconocimiento
Recibir reconocimiento es una NECESIDAD básica en las personas, especialmente si no lo hemos recibido de pequeños, pues en ese caso nos pasamos la vida buscándolo de fuera y haciendo todo lo que sea para conseguirlo.
Podemos llegar a pagar precios altísimos por ello, como el de estar haciendo cosas que realmente no queremos por los demás (olvidándonos de nuestras propias necesidades), desequilibrar nuestra vida personal con la laboral (si de pequeños nos reconocieron especialmente por nuestra parte académica), poner en juego nuestra salud por no darnos el descanso que necesitamos, trabajar en exceso, etc.
Si te gusta mucho mostrarte (ir en un gran coche, comentar lo bien que haces las cosas,…) puede ser que sigas reclamando de adulto ese reconocimiento que no recibiste de pequeño. Es como seguir diciendo “¡Mira mamá!”.
La clave está en lograr encontrar tu propio reconocimiento para dejar de depender del de fuera.
Por otra parte, hemos de saber, que tanto los reconocimientos positivos (de lo que hemos hecho bien) como los negativos (áreas de mejora) son necesarios y más si lideras un equipo:
Los positivos nos dan motivación, nos permiten conocer y potenciar nuestras capacidades al saber que lo estamos haciendo bien (¡que no nos es tan evidente!).
Los negativos en cambio, nos permiten mejorar, crecer, fortalecernos.
Son un regalo. Entonces, ¿por qué, en general, nos cuesta tanto el emitirlos? Lo descubriremos próximamente.
Sobre mí
Después de 14 años trabajando y progresando como ingeniera industrial, decidí dar un vuelco a mi carrera profesional para llevar a las organizaciones todo aquello que pueda apoyar a potenciar y deslimitar a las personas: inteligencia emocional, coaching, programación neurolingüística, resolución de conflictos, psicología positiva, etc. Creo que, en general, desconocemos el potencial latente que tenemos y tienen las organizaciones. Es por ello que desarrollé Henko Envision, con el objetivo de facilitar su desarrollo a través del coaching y la formación.
